Hoy quiero escribirte desde el corazón. Gracias por esforzarte cada día, aunque estés cansado. Por levantarte a trabajar, por orar por tus hijos en silencio, por enseñar con tu ejemplo más que con tus palabras. Gracias por ser firme cuando hace falta, pero también tierno cuando tus hijos necesitan un abrazo.
Sé que a veces dudas si lo estás haciendo bien, pero Dios ve lo que haces. Él te dio este hermoso rol no porque seas perfecto, sino porque sabe que, con Su ayuda, puedes marcar la vida de tus hijos para siempre. Tu manera de amar, de corregir, de estar presente, es un reflejo del corazón del Padre celestial.
La Biblia dice: “Como el padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen.” - Salmo 103:13 (NTV)
Cada vez que decides ser paciente, cada vez que eliges enseñar el camino del Señor, estás sembrando en el corazón de tus hijos algo que el mundo no puede darles. Puede que no veas los frutos de inmediato, pero Dios sí los ve. Él honra tu entrega, tu amor y tu fidelidad.
Sigue adelante, aunque haya días difíciles. Tu amor deja huellas eternas. Tu ejemplo es una semilla de fe. Y tu presencia en el hogar es una bendición que tus hijos recordarán toda la vida.
¡Gracias, Papá!
Deborah y Carlos
Pastores
En este Día de las Madres queremos tomar un momento para honrar, agradecer y bendecir la vida de cada una de ustedes. Su amor incondicional, su fe firme y sus oraciones constantes han sostenido generaciones y han edificado esta iglesia con manos llenas de gracia y corazón entregado.
Ustedes son ejemplo de valentía, de ternura, de entrega… son verdaderas columnas en sus hogares y en esta congregación. ¡Qué hermoso es ver cómo Dios ha depositado en ustedes una porción especial de Su amor para ser reflejado en cada palabra y en cada acto!
“Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba.” – Proverbios 31:28
Gracias por ser madres conforme al corazón de Dios. Oramos para que Él les renueve, les fortalezca y les llene de alegría.
¡Las amamos profundamente y celebramos sus vidas!
Pastores Deborah y Carlos